jueves, 12 de enero de 2017


La cebolla caramelizada es un básico en la cocina y creo que en la mayoría de las casas y aficionados a la gastronomía. Se emplea en multitud de recetas, un ingrediente un comodín estupendo para darle un toque especial a una ensalada, en la pizza, una tapa o simplemente como acompañamiento de una carne o pescado.

Este ingrediente estuvo de moda en los 90. Se podía encontrar en la mayoría de los pinchos y tapas tal como los conocemos ahora, una innovación en toda regla para darle ese sabor dulzón. Las combinaciones son muy variadas, con poco esfuerzo podremos conseguir unos platos muy logrados con un toque diferente. Complementa a la perfección los platos con un punto de sal o las preparaciones que son algo grasas.

Su elaboración es muy sencilla aunque lleva su tiempo, aunque le daremos algún consejo para acelerar la caramelización de sus jugos que son los responsables de todo su sabor. Aunque si la haces tal como te explico en la receta no necesitarás azúcar para conseguir una cebolla caramelizada casi perfecta. Recuerda que la elección de la cebolla es importante, tienes cebolla blanca muy dulce y alguna de las cebollas moradas, aunque con una cebolla común también es posible.


Es fundamental saber antes que receta va a acompañar la cebolla caramelizada. El tipo de corte que empleemos ayudará a hacer sublime cualquier plato. Si vamos a usar la cebolla para rellenos o salsas lo mejor es picarla muy finita, en daditos muy pequeños para que casi no se note una vez esté hecha. Si por el contrario vamos a usarla para poner en pincho o una tapa, con carne o sobre pescados, a mi me gusta que se vea, que sea una más en el plato, en este caso la cortaremos en tiras en juliana, donde se vean las hebras de la cebolla confitada.

DIFICULTAD: Fácil
TIEMPO: 50 minutos
RACIONES: Para 4 personas



Recetas de ensaladas y verduras

Ingredientes para Cómo preparar cebolla caramelizada, paso a paso

1 kg. de cebollas que son 2-3 cebollas grandes (luego se quedarán en apenas 250 g)
70 ml de aceite de oliva virgen extra
2 cucharadas soperas de agua
1 pizca generosa de sal

Preparación de cebolla caramelizada

Al contrario de lo que se suele pensar a la cebolla caramelizada no se le añade azúcar en todo su proceso. La cebolla caramelizada se consigue por la oxidación de los azúcares naturales que contiene la cebolla, de esta forma se carameliza. El proceso es muy sencillo aunque lleva su tiempo, necesitaréis entre 40 minutos y una hora.

1. Pelamos las cebollas y cortamos con el tipo de corte que más nos convenga. En este caso en juliana, es decir en tiras, no demasiado fina.

2. Ponemos el aceite de oliva virgen extra en la sartén antiadherente con tapa para que cubra el fondo, desde el principio arrancamos con fuego medio (nunca alto). Cuando tenga un poco de temperatura echamos la cebolla. El aceite no tiene que estar muy caliente pues no queremos que se nos queme la cebolla ni pille color enseguida, ya se hará con el tiempo.

3. Removemos bien para que toda se pase por el aceite, nos ayudamos de una cuchara de madera o una espátula de silicona para que se hagan bien por todas partes. Bajamos el fuego y dejamos que se vaya haciendo poco a poco. No hay que tener prisa, el proceso dura entre 30 y 40 minutos, vigilando en todo momento para que no se queme.

4. Veremos que las cebollas empiezan a menguar y a hacerse transparentes, poquito a poquito irá tomando ese color dorado suave. No añadimos sal, ni azúcar ni nada, simplemente dejamos que se vaya dorando poco a poco. Es importante que no se queme, no queremos trozos negros y blancos sino todo más o menos uniforme.
5. Hay que remover de cuando en cuando para que todo se haga uniformemente y no haya partes crudas y partes quemadas. Al cabo de los minutos, el color es más oscuro, cada vez hay más marrones.

6. Se están produciendo la reacción de Maillard, en las que los azúcares que contiene la cebolla comienzan a derretirse como el caramelo dando el bonito color a la cebolla. Cuando la cebolla haya reducido a más de la mitad su tamaño añadimos las dos cucharadas de agua y removemos.

7. De esta forma la mezcla adquirirá una textura más cremosa. El agua, al removerse, disuelve los azúcares y se forma un caramelo ligero, y según removemos, hace que todo quede con el mismo color. Finalmente la cebolla pasará del dorado suave al tostado típico de la cebolla caramelizada. En ese momento añadimos una pizca de sal para realzar el sabor y retiramos del fuego.



Ya lo ves, la cebolla perfecta en 10 minutos, para un sofrito, unos huevos revueltos, una tortilla de papas, platos de caza y cerdo, sopa de cebolla, un sándwich o pincho, pescados azules… (Reducida en la batidora con un poco de jugo, tendremos la mejor salsa de cebolla). Como ves es algo muy sencillo, aunque requiere paciencia y tiempo, pero el resultado es fabuloso.



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