miércoles, 11 de enero de 2017




Esta es la guía definitiva para hacer una buena pizza casera ¡Porque hacer una buena pizza casera es posible! Y ya todos estaréis pensando en que la clave está en la masa de pizza. Pues es un punto importante, eso seguro, pero hay otros aspectos a tener en cuenta para que nuestra pizza casera resulte excelente.


Hay pizzas muy buenas que podemos comprar en pizzerías o restaurantes, pero no hay nada como hacerla en casa, con  los ingredientes que más nos gustan. Dentro de las limitaciones, ya que utilizaremos un horno convencional, sí es posible aproximarnos a las pizzas que nos pueden servir en Trattorias/Pizzerías especializadas. 



Como hemos dicho, la masa es fundamental, y para hacerla en condiciones necesitamos tomárnoslo con calma. Una de las recetas más visitadas del blog es la de Masa para pizza italiana , la cual he ido perfeccionando a medida que he preparado pizzas en casa.

Para ser más “profesionales”, vendría bien una rasqueta/cortador de masa (suele ser de plástico, muy barata), un pulverizador de aceite y para el horneado, una piedra de hornear, que nos ayudará a aumentar la temperatura que reciba la masa.

Tiempo de elaboración: 50 minutos + levados
Dificultad: Fácil


Ingredientes para Cómo preparar la mejor pizza casera

Un bol grande
Una báscula o un medidor de cantidades
Plástico film
Un paño limpio
Papel de hornear

Ingredientes básicos:

Harina: 1 Kg
Agua: 550 ml
Levadura seca: 10 g 
Sal: 8 g
Aceite de oliva virgen extra: 110 ml

Antes de nada, un poco de planificación

Preparar una buena pizza en casa no puede ser motivo de la improvisación o de un impulso. Es necesario decidir con tiempo cuando la vamos a degustar, que ingredientes vamos a utilizar y también cuantos comensales vamos a ser.

Tened en cuenta que el proceso de amasado y levedado de la masa os llevará al menos 2 horas, por lo que no os recomiendo andar con prisas. Por lo tanto, dejad los antojos repentinos para otro momento y planificad con un tiempo prudencial vuestra pizza casera.


Qué materiales vamos a necesitar

En principio no necesitaremos nada muy específico. Con los utensilios que solemos tener en casa podremos salir airosos. Y el horno, pues con el convencional también nos apañaremos.

Los ingredientes básicos para la pizza

La masa de pizza se prepara con ingredientes muy básicos, que tenemos siempre en casa: harina, agua, levadura, sal y aceite de oliva virgen extra.

La calidad y “fuerza” de la harina es un punto clave. Entre una y otra marca hay grandes diferencias, por lo que en la medida de lo posible, intentad usar una harina de fuerza de calidad.

Estas harinas “0000”, con más aporte de gluten, van a favorecer el manejo de la masa, que será más elástica, tierna y suave. También son adecuadas para el correcto crecimiento de la masa en el proceso de reposo o levado. Las harinas convencionales, más flojas, nos darán peores resultados.

En casa puedes experimentar con una mezcla de harinas, utilizando un 10% de harina integral o de otro tipo, para darle un toque personalizado.

En cuanto a la levadura, se puede usar seca de panadería o fresca, aunque siempre respetando las proporciones adecuadas: para 1 kilo de harina de fuerza, se usarán 8 gr. de levadura seca o 25 gr. de la fresca.

Importante: para la masa de pizza, no utilices levaduras químicas en polvo (tipo Royal). Éstas son gasificantes, y solo actúan en el proceso de horneado, por lo que la masa no crecerá durante el reposado. Esto es perfecto para bizcochos, pero no para masas.

El agua influirá en el sabor de la masa, por lo que si el agua que tenéis en casa no os convence o tiene algún tipo de sabor, lo recomendable es emplear agua mineral embotellada.

Finalmente, el aceite mejor de calidad, que sea de oliva y virgen extra. Le aportará un sabor suave y especial a la masa.


Nos ponemos manos a la masa

La superficie de trabajo debe de ser amplia, estar limpia y despejada de elementos que no vayamos a necesitar. Tener todos los ingredientes y utensilios bien a mano. Un mesado de mármol, piedra o similar, es la superficie perfecta para preparar nuestra masa.

Antes de comenzar, leemos bien los pasos a seguir, para no ir luego improvisando sobre la marcha. Pesamos todos los ingredientes y los disponemos en la zona de trabajo.

El primer paso es siempre disponer la harina en un bol grande, hacemos un hueco en el medio,  y vertemos el agua más la levadura disuelta. A continuación el aceite, y finalmente la sal. Mezclamos con una cuchara, sin amasar y tapamos con film transparente

Si no vamos a trabajar con ella al momento, podemos dejarla en la nevera, entre 1 y 3 horas, para que vaya “engordando”. Si estamos en verano o en una zona cálida, bastará con una hora. Cuando se acerque el momento de trabajarla, sacarla un tiempo antes del frío, para que coja temperatura ambiente.

Volviendo al punto anterior, seguimos removiendo con la cuchara, hasta que comprobamos como va cogiendo cuerpo. Una mezcla pegajosa pero con cierta firmeza.

Echamos bastante harina en la encimera, sacamos la masa del bol y la trabajaremos con las manos. Para que no se nos pegue demasiado, podéis mojar las manos con agua fría.


Comenzamos a amasar con las manos. La estiraremos como un churro, y luego la retorcemos en espiral varias veces. Volvemos a juntar y repetimos el proceso. Poco a poco la masa irá cogiendo elasticidad y será más manejable.

Durante el proceso, añadiremos un poco de harina, según nos la pida la masa. Pero tampoco se debe de abusar, con unos 100 gr. a mayores nos llegará para trabajar la masa de 1 kilo. La medida correcta diría que es “hasta que la harina no se pegue a las manos”.

Amasamos durante 10/12 minutos, hasta que comprobamos que la masa es homogénea y elástica. Hacemos una bola, y la pasamos de nuevo al bol, que previamente enharinamos. Tapamos con un paño limpio (de algodón) y dejamos reposar al menos 1 hora, hasta que aumente el doble su tamaño.

Para saber en qué momento está lista, yo utilizo el siguiente truco: presiono la masa con un dedo, y si vuelve a su posición original, significa que la masa está en su punto para preparar la pizza.

Con las cantidades que tengo en mi receta de Masa de Pizza dará para varias unidades. Por ejemplo, con una bola de 250 gr.  da para una pizza para 2 personas.  La masa puede congelarse sin problema. Envolviéndola en film transparente, y descongelándola 24h antes, cuando quieras utilizarla.

Cuando vayas a estirar la masa, no utilices el rodillo. Enharina bien las manos y estira la masa con la ayuda de las palmas, con cuidado de no romperla. Poco a poco le das la forma redonda (o cuadrada), y con los dedos se contorna con un borde. Para los más osados, puedes probar lanzar la masa hacia arriba y volver a recogerla con los puños, al puro estilo de una auténtica pizzería.

No dejes de preparar alguna de las recetas de pizza casera que tenemos en el blog, seguro que encontraras un montón de ideas para hacer mucho más felices a los tuyos. Puedes ver todas las fotos del paso a paso de la receta de la masa de pizza en este álbum.


La cobertura de la masa de pizza

Mientras nuestra masa crece durante la fermentación, es momento de ir preparando los ingredientes que vamos a utilizar en nuestra pizza. Necesitamos hacer una mise en place que nos permita luego completar la pizza sin demoras.

Elegidos los ingredientes, los lavaremos y cortaremos, según sea necesario. La calidad de los mismos será importante para el resultado final. Escoge combinaciones de ingredientes que combinen bien entre ellos, y no utilices demasiados. Mi recomendación es no emplear más de 4/5 ingredientes para la cobertura.

Sobre la masa irá una base de salsa de tomate, preferiblemente casero, que extenderemos uniformemente por toda la superficie. Sobre el tomate, repartiremos el queso, en porciones o desmenuzado. Usaremos mozzarella fresca, que se puede combinar con otros tipos de queso: parmesano, gorgonzola, ricota, queso manchego, Arzúa-Ulloa, etc.

A continuación dispondremos el resto de ingredientes, repartidos por igual, por toda la pizza. Una buena elección es incorporar hierbas aromáticas frescas, como la albahaca o el romero. Le darán a nuestra pizza un toque especial.
Enharinamos la bandeja del horno y colocamos la pizza sobre ella. También podéis colocar un papel de horno, de esta manera será más fácil retirar la pizza.

El horneado de la pizza

Como vamos a tener que cocinar con el horno convencional de casa, tendremos que crear las condiciones más parecidas a un horno de pizzería, y así tener éxito con la pizza. Un horno de ese tipo alcanza sobre 300-350º C y el de casa no suele pasar de 250º C.

Pondremos a precalentar, a la máxima potencia (pero no grill), con la función calor arriba/abajo, unos 15/20 minutos.

Colocaremos la bandeja en la parte central del horno, con la pizza sobre ella. Hornearemos unos 8/10 minutos a 250º C. En este tiempo deberíamos de tenerla lista, aunque puede variar en función del grosor de la masa o lo que “apure” su horno. Tener en cuenta que muchos “mienten” y no dan la temperatura real que marcamos en el termostato.

Un truco para comprobar que nuestra pizza está en su punto, es levantar la base con una espátula (o similar). Si vemos que el fondo está comenzando a tostarse/dorarse, significa que la pizza ya está lista para retirar del horno.


Una vez fuera, la dejamos reposar unos minutos. Para no quemarnos al degustarla y para que los ingredientes de la cobertura se asienten con la base de queso y tomate.


Con todo  lo que hemos tratado queda bien claro que hacer una buena pizza casera es posible, aunque tampoco hay que dejarlo  todo a la improvisación. La recomendación final es que  cojas una cervecita bien fría y disfrutes de su Pizza. 

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